Beatriz Merino.
La defensora del Pueblo, Beatriz Merino, calificó como una “vigorosa experiencia cultural” la realización de la Cuarta Feria del Libro de Trujillo, tras expresar que esta actividad honra al Perú y a dicha ciudad del norte peruano.
Señaló que el pueblo trujillano “sabe mejor que nadie danzar la marinera, afanarse en la aventura empresarial, pero también recorrer hileras de libros, consciente de que la lectura puede marcar la diferencia entre el progreso y el atraso de un pueblo”.
Merino pronunció estas palabras en respuesta a una invitación de la organizadora del certamen, Adriana Doig Mannucci, ante un auditorio integrado por autoridades regionales La Libertad y el reconocido novelista Mario Vargas Llosa.
Señaló que el pueblo trujillano “sabe mejor que nadie danzar la marinera, afanarse en la aventura empresarial, pero también recorrer hileras de libros, consciente de que la lectura puede marcar la diferencia entre el progreso y el atraso de un pueblo”.
Merino pronunció estas palabras en respuesta a una invitación de la organizadora del certamen, Adriana Doig Mannucci, ante un auditorio integrado por autoridades regionales La Libertad y el reconocido novelista Mario Vargas Llosa.
Felicitó a los organizadores por generar una atmósfera física y emocional en la que se acorta la distancia entre las personas y los libros, “además de convocar a la magia de la lectura que nos convierte en una comunidad de fascinados lectores”.
“Vale destacar el meritorio esfuerzo de las editoriales nacionales y celebrar el reciente nacimiento de varias de ellas. Aunque todavía no somos un país de desvelados lectores crece la idea de que el libro es clave en nuestras vidas”, subrayó.
“Vale destacar el meritorio esfuerzo de las editoriales nacionales y celebrar el reciente nacimiento de varias de ellas. Aunque todavía no somos un país de desvelados lectores crece la idea de que el libro es clave en nuestras vidas”, subrayó.
Sostuvo que las ferias están organizadas bajo las estrictas reglas del mercado, “pero más allá de las ventas y las cajas registradoras, la gente acude a las ferias de libros a hurgar en las tapas y contratapas, indagando por mundos posibles que atraigan de manera irrefrenable su interés”.
“Todo tiene su lugar y su oportunidad en una feria: la poesía y las manualidades, la filosofía y los diccionarios, la historia y la historieta, etc. Un buen lector no se resiste a meterle el diente a cuanto libro le pongan enfrente, aunque en muchos casos sólo sea para satisfacer su apremiante curiosidad”, añadió.
“Todo tiene su lugar y su oportunidad en una feria: la poesía y las manualidades, la filosofía y los diccionarios, la historia y la historieta, etc. Un buen lector no se resiste a meterle el diente a cuanto libro le pongan enfrente, aunque en muchos casos sólo sea para satisfacer su apremiante curiosidad”, añadió.
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