Por Jose Camilo Daccach T.
"No deje de soñar, pero tampoco deje sus sueños en el aire"
A pesar de haber concluido ya la primera "era" de Internet y haber entrado en una etapa donde se asentó el polvo del estallido de la burbuja, y tener las primeras ofertas públicas de nuevo para empresas de Internet, todavía se mira a la Internet bien sea como la solución a todos los males, o como aquello en lo cual no es necesario involucrarnos porque no tiene sentido para nuestro negocio.
De aquel entonces a hoy, hay muchos cambios que resaltar, desde la experiencia que nos dan dieciseis años de existencia de las tecnologías web, hasta los fracasos y éxitos de los cuales se encuentran ejemplos por doquier. Sin embargo a donde se tiene que apuntar hoy es hacia la utilización de estas tecnologías, indistinto si son para uso personal, para la pequeña empresa, o para los grandes conglomerados industriales. Las tecnologías de Internet tienen cabida en todas las empresas brindando oportunidades similares. La única diferencia es la aplicabilidad de una u otra solución en cada empresa, pero de que hay como efectuar cambios radicales y mejorar desempeño no hay duda.
El primer paso para la implementación de estas tecnologías es soñar, ya que todo se puede hacer con las nuevas tecnologías, por lo menos diez o veinte veces más de lo que se podía hacer con las tecnologías previas a la Web, no solo por su costo, sino por la facilidad de integrar diferentes componentes y hacer una solución completa en muy corto tiempo. Soñar implica ver en el futuro qué se quiere hacer con los componentes del modelo de empresa, con el producto, el cliente, y el proveedor. Para cada uno de ellos hay como aplicar las tecnologías de Internet y las promesas de la nueva economía para obtener sueños de futuro.
Se pueden establecer campañas de fidelización de clientes, una tienda virtual automática para que el cliente pueda tener su servicio en forma inmediata, un sistema de revisión de ordenes de compra y colocación de pedidos para los proveedores, mejoramiento de procesos internos en la compañía, integrar información, agilizar procesos. La lista es interminable y cada día habrá más oportunidades.
Obtener el sueño no es un proceso de corto plazo, e implica establecer unas metas concretas, unos pasos graduales pequeños, que garanticen ir avanzando en el objetivo final, y/o corregir el rumbo. Este es el polo a tierra de los sueños. Es importante reconocer que de una adecuada planeación depende aproximadamente la mitad del éxito del proyecto. La otra mitad depende de la correcta ejecución. No solo intervienen las tecnologías de Internet, sino todos los ajustes administrativos, de personal, de procedimientos, y hasta de políticas dentro de las empresas para permitir que el sueño sea una realidad. Si no se contemplan los ajustes y cambios en estos aspectos, el sueño se convertirá simplemente en buenas ideas que no se pudieron implementar.
Por lo general quien sueña, no es el encargado de construir el camino hacia la cristalización del mismo, pero es indispensable que estén periódicamente vigilando que el sueño no se ha tergiversado, ni que los objetivos se hayan cambiado por quienes si construyen. Es muy fino el lazo que une el sueño al polo a tierra y hay que mantener este lazo mediante gestión. Las nuevas tecnologías, avances de los competidores, y muchos otros factores pueden hacer de un proyecto que antes era viable, a un completo fracaso. No deje de soñar, pero tampoco deje sus sueños en el aire.