jueves, 30 de abril de 2009

Perú tiene metas en la conquista del espacio

Coronel FAP Enrique Pasco, Jefe de Conida. Foto: ANDINA / Archivo/Victor Palomino

Lima.- A pocos meses de celebrar su 35º aniversario, la Comisión Nacional de Investigación y Desarrollo Aeroespacial (Conida), ente rector de las actividades aeroespaciales en el Perú, ya no sueña, sino piensa en grande y tiene objetivos: lanzar un cohete sonda, poner en órbita un minisatélite, establecer una estación de control espacial para sacarle el mayor provecho a tal proeza, además de formar y entrenar a nuestro primer astronauta.
El jefe de Conida, coronel FAP Juan Félix Pasco Barriga, no quiere adelantar fechas para no ser preso de sus palabras, pero –indica– al menos este año se inician dos de esos proyectos.
“El cohete sonda permite explorar la alta atmósfera. Ayuda a medir la contaminación ambiental, el exceso de carbono, la capa de ozono y los efectos ionosféricos que ocurren por influencia del Sol”, explica.
Si bien desde 1975 se lanzan cohetes de este tipo en el Perú, recién hace tres años pudo enviarse uno cuyo fuselaje fue desarrollado en nuestro país.
“El que será lanzado próximamente medirá la presión y velocidad de los vientos, entre otros aspectos”, detalla Pasco Barriga, quien calculó en 500 mil nuevos soles el presupuesto requerido para ese proyecto.
“Son pocos los que cuentan con la tecnología necesaria para colocar un satélite en el espacio, entre ellos Estados Unidos, Canadá, Francia, Japón, Rusia y China”, comenta, para luego agregar que otros países que también lo han logrado recurrieron necesariamente al apoyo de los primeros.
El experto indica que al igual que Chile, que ya ha anunciado la puesta en órbita de su primer satélite el próximo año, a un costo de más de 70 millones de dólares; el Perú analiza esta posibilidad, para lo cual trabaja en un proyecto de inversión pública, que se espera esté listo en setiembre de este año, para después buscar financiamiento.
“Si el Perú decide en los próximos años poner en órbita un satélite de observación (a 600 kilómetros de altura) sería un gran paso, ya que en este momento todas las imágenes espaciales que se requieren deben comprarse a empresas francesas o norteamericanas, y a precios bastante elevados”, revela.
Una imagen con un metro de resolución, es decir que cada píxel de la imagen tiene un metro de cobertura, es la más demandada.
“En este momento se paga a la razón de 20 dólares por el kilómetro cuadrado, por tanto la imagen de grandes extensiones de terreno pueden llegar a costar más de 5 mil dólares”, refiere.
Pasco Barriga subraya que poseer un satélite, además de ahorrarnos el pago por imágenes y el tiempo para acceder a ellas, nos brindaría independencia informativa y privacidad respecto a lo que se observa y analiza desde el espacio.
Cada vez que se formula un pedido de imágenes, comenta, son numerosas las personas y entidades que terminan sabiendo qué información se está trabajando a nivel de país, como sucede cuando se solicitan imágenes del VRAE.
Grandes beneficios
“Los satélites sacan fotos muy interesantes de gran precisión. Entre sus aplicaciones se puede mencionar la observación de la vegetación, del deshielo de los glaciares, de las inundaciones, de los incendios forestales y de una serie de cosas más”, señala el máximo jefe de la Comisión Nacional de Investigación y Desarrollo Aeroespacial.
La información satelital, detalla, no se circunscribe únicamente a hechos ocurridos, sino puede servir para elaborar proyecciones útiles a diversos sectores.
“Por ejemplo, si la temperatura y el oleaje de los mares cambia, el satélite puede advertirlo y tras hacer un seguimiento predecir si el año entrante podría ocurrir un Fenómeno de El Niño”, detalla.
Así, detectar el hundimiento o levantamiento de algunas superficies terrestres, monitorear la tala de los bosques, saber si las comunidades nativas se están desplazando a otros lugares, analizar el contrabando en la frontera, realizar prospección minera, medir la contaminación atmosférica y vigilar la pesca ilegal pueden contarse entre sus numerosas aplicaciones.
Para el máximo jefe de la Conida pareciera no existir sector que deje de beneficiarse con esta propuesta, sólo posible, afirma, en un clima de paz y confianza regional.
“Entre los objetivos estratégicos del plan estratégico de la Conida en el largo plazo, aproximadamente 10 años, se estudia también la posibilidad de tener un astronauta 100% cholo en el espacio", revela Juan Félix Pasco Barriga.
Refiere que si bien Carlos Noriega nació en el Perú su formación fue completamente estadounidense.
“La diferencia con Carlos, a quien respetamos mucho (lo dice señalando una gran foto que cuelga en su despacho), es que él estudió ingeniería aeronáutica y después se convirtió en piloto de la fuerza aérea de Estados Unidos (se nacionalizó para ello) y finalmente es astronauta de ese país”.
La idea es preparar a un muchacho peruano, para que cuando esté en el espacio (gracias al apoyo de transbordadores foráneos, como sucede con astronautas de otros países) desarrolle investigaciones que beneficien a nuestro país, enfatiza. (Fuente: Andina)

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