México
México.- El temor a contagiarse con la gripe influenza ha obligado a cambiar algunas costumbres cotidianas y también ritos religiosos durante la Misa. Un sacerdote recomendó a sus feligreses que cumplieran con el "saludo de paz" de lejos, sin darse la mano ni saludarse con un beso.
"La paz sea contigo", dijeron esta mañana los feligreses, pero esta vez ya no se dieron la mano en señal de hermandad como acostumbraban, sino una leve inclinación de cabeza, al estilo oriental y nada más. Sin contacto físico. No fuera ser que se contagiaran.
Reporta el diario mexicano El Universal, que el padre que oficiaba la misa de las 09:00 horas dedicó su sermón a hablar de la influenza, el mal que ya había cobrado hasta el jueves 14 vidas, y les recomendó, siguiendo las indicaciones de las autoridades, que mejor cumplieran con el rito del "saludo de paz" de lejecitos, sin darse la mano ni saludarse de beso.
El temor de contagio priva este viernes las conversaciones de los capitalinos que deben tomar todas sus precauciones. Sus actividades cotidianas también se han visto en cierto modo alterados, pues ante la suspensión de clases en las escuelas públicas y privadas, en todos los niveles, madres y padres de familia han tenido que encargar a sus hijos con familiares o amigos, o de plano llevárselos a sus centros de trabajo.
"La paz sea contigo", dijeron esta mañana los feligreses, pero esta vez ya no se dieron la mano en señal de hermandad como acostumbraban, sino una leve inclinación de cabeza, al estilo oriental y nada más. Sin contacto físico. No fuera ser que se contagiaran.
Reporta el diario mexicano El Universal, que el padre que oficiaba la misa de las 09:00 horas dedicó su sermón a hablar de la influenza, el mal que ya había cobrado hasta el jueves 14 vidas, y les recomendó, siguiendo las indicaciones de las autoridades, que mejor cumplieran con el rito del "saludo de paz" de lejecitos, sin darse la mano ni saludarse de beso.
El temor de contagio priva este viernes las conversaciones de los capitalinos que deben tomar todas sus precauciones. Sus actividades cotidianas también se han visto en cierto modo alterados, pues ante la suspensión de clases en las escuelas públicas y privadas, en todos los niveles, madres y padres de familia han tenido que encargar a sus hijos con familiares o amigos, o de plano llevárselos a sus centros de trabajo.
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