Las mujeres trabajadoras esperan de sus organizaciones un mayor progreso cualitativo y cauntitativo que conlleve a la igualdad de trato y de oportunidades.
Un llamado a la unidad de las mujeres trabajadoras que participan en diversos movimientos sindicales con el fin de unir esfuerzos para lograr la reivindicación de sus derechos en el ámbito económico, político y social, hicieron las dirigentes sindicales que asistieron a la presentación de los resultados de una investigación sobre "Empleo y Sindicalismo de las mujeres en el Perú", desarrollada por la Asociación de Desarrollo Comunal (ADC).
La congresista Karina Beteta Rubín, presidenta de la Comisión de la Mujer y Desarrollo Social del Congreso de la República, hizo suyo el llamado de unidad de las sindicalistas. "Las mujeres unidas vamos a lograr todo lo que nos proponemos. Olvidemos nuestras diferencias políticas y religiosas y todo aquello que nos separa y pensemos solamente en qué país queremos para nuestros hijos", arengó la parlamentaria.
Asimismo, se comprometió a apoyar toda gestión que conlleve a lograr que el gobierno peruano ratifique el Convenio 183 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sobre protección de la maternidad. "Ese convenio es muy importante para la mujer trabajadora que ahora es discriminada cuando sale embarazada. Muchas veces hasta es despedida por ello", dijo la legisladora.
El Convenio 183 fue adoptado en junio del año 2000 por 304 votos a favor, 22 en contra y la abstención masiva del grupo de empleadores (116).
El estudio, que fue presentado en el evento, propone una reflexión sobre los cambios que ocurren en el mundo del trabajo y en el espacio específico de los sindicatos peruanos desde una perspectiva de género en el marco de la modernización del país y la superposición de numerosos episodios de la crisis económica internacional.
María Bastidas Aliaga, presidenta de la Asociación de Desarrollo Comunal (ADC), y autora de la investigación, manifestó que una de las causas que limita la participación femenina en los sindicatos está relacionada con las normas culturales vigentes, que definen roles sociales para hombres y mujeres. Así también la escasez de nuevas formas y estrategias para atraer afiliadas y activar la participación de las mujeres de los sectores, y el difícil contexto macroeconómico en el que se ha venido desarrollando el movimiento sindical actual.
Asimismo, dijo que las mujeres sindicalizadas esperan de sus organizaciones un mayor progreso cualitativo y cauntitativo que conlleve a la igualdad de trato y de oportunidades, acceso a la formación y capacitación y la incorporación de la temática de género en la gestión sindical.
También demandan el reconocimiento del papel de la mujer en los sindicatos, la promoción de mecanismos para incentivar el liderazgo y la presencia sustantiva de las mujeres y la transversalización del enfoque de género a toda la organización incluidos los servicios sindicales.
A su turno, Gloria Solórzano, representante de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), opinó que la participación de la mujer en los sindicatos es muy importante y le permitirá involucrarse en la problemática del país. Dijo que en los últimos años esa participación ha crecido. En la actualidad el 30% de mujeres que trabajan están integradas en esas asociaciones.
Gloria Pérez, secretaria general de la Central General de Trabajadores del Callao (CGTP), manifestó que la división que existe entre mujeres es un obstáculo que no les permite avanzar.
La congresista Karina Beteta Rubín, presidenta de la Comisión de la Mujer y Desarrollo Social del Congreso de la República, hizo suyo el llamado de unidad de las sindicalistas. "Las mujeres unidas vamos a lograr todo lo que nos proponemos. Olvidemos nuestras diferencias políticas y religiosas y todo aquello que nos separa y pensemos solamente en qué país queremos para nuestros hijos", arengó la parlamentaria.
Asimismo, se comprometió a apoyar toda gestión que conlleve a lograr que el gobierno peruano ratifique el Convenio 183 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sobre protección de la maternidad. "Ese convenio es muy importante para la mujer trabajadora que ahora es discriminada cuando sale embarazada. Muchas veces hasta es despedida por ello", dijo la legisladora.
El Convenio 183 fue adoptado en junio del año 2000 por 304 votos a favor, 22 en contra y la abstención masiva del grupo de empleadores (116).
El estudio, que fue presentado en el evento, propone una reflexión sobre los cambios que ocurren en el mundo del trabajo y en el espacio específico de los sindicatos peruanos desde una perspectiva de género en el marco de la modernización del país y la superposición de numerosos episodios de la crisis económica internacional.
María Bastidas Aliaga, presidenta de la Asociación de Desarrollo Comunal (ADC), y autora de la investigación, manifestó que una de las causas que limita la participación femenina en los sindicatos está relacionada con las normas culturales vigentes, que definen roles sociales para hombres y mujeres. Así también la escasez de nuevas formas y estrategias para atraer afiliadas y activar la participación de las mujeres de los sectores, y el difícil contexto macroeconómico en el que se ha venido desarrollando el movimiento sindical actual.
Asimismo, dijo que las mujeres sindicalizadas esperan de sus organizaciones un mayor progreso cualitativo y cauntitativo que conlleve a la igualdad de trato y de oportunidades, acceso a la formación y capacitación y la incorporación de la temática de género en la gestión sindical.
También demandan el reconocimiento del papel de la mujer en los sindicatos, la promoción de mecanismos para incentivar el liderazgo y la presencia sustantiva de las mujeres y la transversalización del enfoque de género a toda la organización incluidos los servicios sindicales.
A su turno, Gloria Solórzano, representante de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), opinó que la participación de la mujer en los sindicatos es muy importante y le permitirá involucrarse en la problemática del país. Dijo que en los últimos años esa participación ha crecido. En la actualidad el 30% de mujeres que trabajan están integradas en esas asociaciones.
Gloria Pérez, secretaria general de la Central General de Trabajadores del Callao (CGTP), manifestó que la división que existe entre mujeres es un obstáculo que no les permite avanzar.
"Somos un poder, pero un poder desorganizado. Es necesario que nos unamos para decirle al gobierno qué tipo de Estado queremos. Deseamos un Estado que promueva el empleo decente. Con mejores condiciones para todos. Pero eso solo lo lograremos cuando hablemos, a una sola voz, el mismo idioma", subrayó la dirigente femenina.
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