viernes, 27 de febrero de 2009

Adal Ramones cautiva al público peruano con ingeniosa improvisación

Presentación de Adal Ramones en el Circulo Militar. Foto: ANDINA / Carolina Urra

El showman mexicano Adal Ramones, cautivó con su ingenio y picardía a un auditorio que copó las instalaciones del Círculo Militar. Ofreció una rutina en la que demostró lo bien que ha captado la idiosincracia peruana y supo combinar su talento con temas afines al público que lo aplaudió de pie.
La noche de ayer tuvo una dosis de emotividad y alegría para el público que abarrotó el anfiteatro del Círculo Militar de Jesús María, en donde el showman mejicano, Adal Ramones, presentó, a gran altura, su Tour Monólogo 2009.
El espectáculo – el único llevado a cabo en nuestro país durante esta gira - dio inicio a las nueve en punto, casi una hora después de lo pactado, pero este imprevisto no opacó la algarabía que significó la aparición en escena de Ramones.
El monólogo tuvo como característica la improvisación, recurso que el animador azteca domina magistralmente, y fue dedicado, en su contenido, a detallar cómicamente la estadía de dos días de Adal Ramones en nuestra ciudad.
En la segunda parte del show Adal Ramones vistió una camiseta peruana. Foto: ANDINA / Carolina Urra

No quedó de lado el agradecimiento a la hospitalidad y a las buenas costumbres peruanas, en un episodio especial en donde el mexicano confesó su admiración por la gastronomía nacional, en especial por los anticuchos y su preferencia por el Pisco.
El Tour Monólogo 2009 encaminó al público en un viaje hilarante, e hizo una escala en el giro que ha experimentado la sociedad desde la época de nuestros abuelos y el respeto que existía hacia la figura paterna, hasta la practicidad y confianza que caracterizan la relación de los jóvenes de hoy con sus padres.
Las horas transcurrieron y el espectáculo mantuvo la altura esperada, las risas fueron una constante durante todo el monólogo. El showman fiel a su estilo se animó a participar con el público y eligió a una pareja de novios, quienes de muy buena gana aceptaron las imparables bromas y posteriores agradecimientos del cómico azteca.
Finalmente, después de tres horas, el telón de una noche inolvidable se cerró y el Monólogo llegó a su fin. Los interminables aplausos del respetable, signo de total complacencia, acompañaron a Adal Ramones por varios minutos antes de la despedida final y la promesa de volver muy pronto. (Fuente: Andina)

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