Los médicos afortunadamente ya detuvieron su crecimiento El caso del niño Brenden Adams sorprende al mundo pues a sus escasos doce años ya sobrepasó los dos metros de alturo; convirtiéndose quizá en el único en el mundo con tan misteriosa condición.
A los 4 meses de edad, Brenden ya tenía todos sus dientes y según recuerdan sus maestros en el jardín de niños era tan alto como los alumnos que cursan el cuarto grado.
Al llegar a los 5 años era tan alto como su hermano mayor, quien le doblaba la edad.
En los últimos dos años y medio, Adams creció otros 40 centímetros y ahora sobrepasa los dos metros de altura.
El año pasado el Telegraph.co.uk hizo un reportaje sobre este joven, donde explicaron que lo peor de todo no era el hecho de ser demasiado alto y las incomodidades de serlo, lo que más preocupa son los tumores grasos, entre ellos uno en su cerebro, articulaciones muy dolorosas, sangrado y problemas del corazón.
La buena noticia, es que los médicos genetistas han logrado parar el crecimiento de este joven que según los doctores se debió a que una parte de su cromosoma 12, inexplicablemente se separó durante el desarrollo embrionario, ‘dió vuelta y luego al revés’, alterando un gen que ayuda a controlar el crecimiento y provocando alargar sus huesos en proporciones extremas.
Ahora cuenta con una casa lo bastante alta para que este joven se sienta agusto, tiene una bicicleta a su medida que no le hace sentir calambres que le regaló una organización benéfica.
A los 4 meses de edad, Brenden ya tenía todos sus dientes y según recuerdan sus maestros en el jardín de niños era tan alto como los alumnos que cursan el cuarto grado.
Al llegar a los 5 años era tan alto como su hermano mayor, quien le doblaba la edad.
En los últimos dos años y medio, Adams creció otros 40 centímetros y ahora sobrepasa los dos metros de altura.
El año pasado el Telegraph.co.uk hizo un reportaje sobre este joven, donde explicaron que lo peor de todo no era el hecho de ser demasiado alto y las incomodidades de serlo, lo que más preocupa son los tumores grasos, entre ellos uno en su cerebro, articulaciones muy dolorosas, sangrado y problemas del corazón.
La buena noticia, es que los médicos genetistas han logrado parar el crecimiento de este joven que según los doctores se debió a que una parte de su cromosoma 12, inexplicablemente se separó durante el desarrollo embrionario, ‘dió vuelta y luego al revés’, alterando un gen que ayuda a controlar el crecimiento y provocando alargar sus huesos en proporciones extremas.
Ahora cuenta con una casa lo bastante alta para que este joven se sienta agusto, tiene una bicicleta a su medida que no le hace sentir calambres que le regaló una organización benéfica.
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