El papa Benedicto XVI. Foto: ANDINA/Internet.
Jerusalén.- El papa Benedicto XVI saludó hoy a decenas de miles de seguidores en la ciudad donde creció Jesús con un mensaje de reconciliación en el que urgió a sus residentes cristianos y musulmanes a superar recientes conflictos y rechazar "el poder destructivo del odio y el prejuicio".
El Papa dio su mensaje en el cuarto día de una gira por Tierra Santa destinada a promover la paz y la unidad en Medio Oriente, una delicada visita en la que confrontó los asuntos más calientes de la región, como el legado del Holocausto, la ocupación israelí de tierras palestinas y los frágiles lazos interreligiosos.
La elección de Nazaret -donde se encuentran muchos sitios caros a la cristiandad- como lugar para la misa más multitudinaria que el Papa celebró durante su visita se interpretó como un reflejo indirecto de esos desafíos.
Ubicada en la norteña región israelí de Galilea, es la ciudad árabe más grande del país, y de sus 65.000 habitantes, dos tercios son musulmanes y un tercio cristianos, dos comunidades que suelen llevarse bien pero que también atravesaron conflictos esporádicos.
Años atrás, activistas musulmanes indignaron a los cristianos con la construcción no autorizada de una mezquita cerca de la Basílica de la Anunciación, donde según los cristianos el ángel Gabriel comunicó el nacimiento de Jesús a la Virgen María.Israel demolió luego la mezquita.
En su homilía, Benedicto habló de las tensiones que dañaron los vínculos entre los credos.
"Urjo a la gente de buena voluntad de ambas comunidades a reparar el daño que se ha hecho, en fidelidad a nuestra creencia común en un solo Dios, el Padre de la familia humana, a trabajar para tender puentes y hallar el camino a una coexistencia pacífica", dijo el Pontífice.
"Que todos rechacen el poder destructivo del odio y del perjuicio, que mata las almas del hombre antes de matar sus cuerpos", agregó el Papa, citado por la agencia de noticias DPA.
El sermón de Benedicto volvió sobre algunos de los temas clave en los que el Papa se centró durante su visita, que ayer lo llevó a la ciudad cisjordana de Belén, el lugar donde nació Jesús. Desde allí, el Pontífice pidió la creación de un Estado palestino y condenó el muro con el que Israel aísla y separa a los palestinos.
El Papa dio su mensaje en el cuarto día de una gira por Tierra Santa destinada a promover la paz y la unidad en Medio Oriente, una delicada visita en la que confrontó los asuntos más calientes de la región, como el legado del Holocausto, la ocupación israelí de tierras palestinas y los frágiles lazos interreligiosos.
La elección de Nazaret -donde se encuentran muchos sitios caros a la cristiandad- como lugar para la misa más multitudinaria que el Papa celebró durante su visita se interpretó como un reflejo indirecto de esos desafíos.
Ubicada en la norteña región israelí de Galilea, es la ciudad árabe más grande del país, y de sus 65.000 habitantes, dos tercios son musulmanes y un tercio cristianos, dos comunidades que suelen llevarse bien pero que también atravesaron conflictos esporádicos.
Años atrás, activistas musulmanes indignaron a los cristianos con la construcción no autorizada de una mezquita cerca de la Basílica de la Anunciación, donde según los cristianos el ángel Gabriel comunicó el nacimiento de Jesús a la Virgen María.Israel demolió luego la mezquita.
En su homilía, Benedicto habló de las tensiones que dañaron los vínculos entre los credos.
"Urjo a la gente de buena voluntad de ambas comunidades a reparar el daño que se ha hecho, en fidelidad a nuestra creencia común en un solo Dios, el Padre de la familia humana, a trabajar para tender puentes y hallar el camino a una coexistencia pacífica", dijo el Pontífice.
"Que todos rechacen el poder destructivo del odio y del perjuicio, que mata las almas del hombre antes de matar sus cuerpos", agregó el Papa, citado por la agencia de noticias DPA.
El sermón de Benedicto volvió sobre algunos de los temas clave en los que el Papa se centró durante su visita, que ayer lo llevó a la ciudad cisjordana de Belén, el lugar donde nació Jesús. Desde allí, el Pontífice pidió la creación de un Estado palestino y condenó el muro con el que Israel aísla y separa a los palestinos.
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