Gran portentaje de peruanos padece transtornos del sueño. Foto: ANDINA/Archivo.
Lima.- El insomnio o dificultad para dormir es el principal trastorno del sueño entre la población peruana y motiva casi el 30% de consultas atendidas en el Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas, informó la Unidad de Sueño del Servicio de Neurofisiología de esa entidad.
Este trastorno se caracteriza por presentar en la persona problemas para conciliar el sueño al acostarse, o cuando uno se despierta frecuentemente durante la noche o pierde el sueño muy temprano en la mañana, antes de lo planeado, explicó a la agencia Andina Isabel Tagle, jefa de la citada unidad.
Esta alteración está relacionada, principalmente, a problemas de tensión, ansiedad, estrés temporal por problemas familiares o económicos, depresión, malos hábitos alimenticios -como cenar en abundancia-, e incluso se asocia a las condiciones en las que se descansa.
Asimismo, el insomnio puede ser generado por hábitos irregulares del sueño, así como por cambios frecuentes de horarios a la hora de irse a dormir o de levantarse, precisó la neuróloga, al indicar que sustancias como el té, café, alcohol, tabaco y otras drogas también influyen.
“Esto impide la recuperación que el cuerpo necesita durante el descanso nocturno, pudiendo ocasionar somnolencia diurna, baja concentración e incapacidad para sentirse activo durante el día. En el mundo se estima que entre un 30 ó 40% de personas lo padece”, mencionó.
En los pacientes más crónicos, el insomnio produce dolores de cabeza, alteración de carácter, irritabilidad, cansancio, bajo rendimiento -ya sea estudiantil o laboral-, problemas de memoria, lentitud de reacción, disminución en la capacidad de respuesta a estímulos, entre otros.
Detalló que una persona normalmente debe quedarse dormida a los 10 ó 15 minutos después de haber ido a la cama, pero en ocasiones algunos no logran conciliar el sueño, pese a que llevan dos o tres horas acostados. Por ello se recomienda atacar directamente el problema.
Sin televisor ni computadora en el dormitorio
En ese sentido, la especialista recomendó poner en práctica la denominada higiene del sueño, es decir, adoptar un horario fijo para ir a la cama, incluso los sábados, domingos y feriados. Ello acostumbra al cuerpo a dormir a una misma hora y facilita la conciliación del sueño, anotó.
Asimismo, al ir a la cama es preferible evitar que dentro de la habitación haya un televisor, una computadora o una luz encendida, ya que la oscuridad estimula la producción de melatonina u hormona del sueño. Ésta hormona se inhibe con la luz, lo que dificulta la conciliación de sueño
“El dormitorio debe ser un lugar sólo para dormir y para ello necesitamos oscuridad. También debemos comer poco en la noche, porque la digestión es un proceso que hace difícil que podamos dormir en buenas condiciones, sobre todo en la gente muy sensible”, refirió Tagle.
Igualmente, se recomienda evitar hacer ejercicios físicos durante la noche, ya que esto favorece la producción de catecolamina y adrenalina, que son sustancias que motivan a la persona a permanecer despierta, en movimiento y actividad.
“Para tener una buena calidad de vida es necesario dormir bien. Lo ideal en cuanto a horas de sueño en adultos es de seis a ocho horas; en recién nacidos, de 14 a 16 horas; en niños se estima en 10 horas el promedio ideal de sueño”, declaró Tagle.
Ronquidos, ¿Cómo evitarlos?
Otro trastorno común del sueño corresponde a las denominadas apneas obstructivas, que se dan cuando existe dificultad para que ingrese el aire a los pulmones por una obstrucción en la garganta, principalmente. La más común se manifiesta a través de los ronquidos.
Los ronquidos se producen por diversas causas, entre ellas el bajo tono muscular en la garganta o en la lengua, el excesivo desarrollo de los tejidos de la garganta, poseer amígdalas grandes, así como la obesidad, la excesiva longitud del paladar blando, entre otras.
Los pacientes que roncan tienen, por lo general, una mala calidad de sueño, razón por la cual hasta pueden quedarse dormidos durante cualquier actividad que desarrollen en el día, como por ejemplo, al leer el periódico o en los asientos de espera de un banco, señaló Tagle.
En los casos más severos, añadió la especialista, las personas pueden quedarse dormidas en pleno ejercicio de su profesión. Por ejemplo, un chofer puede dormirse al volante, mientras que un profesor puede hacerlo dictando clases, e incluso un abogado en plena audiencia judicial.
Para los ronquidos, puede sugerirse como paliativo una mascarilla de presión positiva continua en la vía aérea, dispositivo más conocido como el C-PAP (por sus siglas en inglés), el cual ayuda a liberar las vías respiratorias, y por tanto, el paciente puede respirar bien.
Esta actúa con una fuerza de aire que permite abrir las vías respiratorias, lo que ayuda al paciente a dormir sin despertarse por los ruidos molestos generados por los ronquidos.
Finalmente, indicó que también existe la patología del síndrome de las piernas inquietas, que se manifiesta en pacientes que mientras duermen mueven breve e involuntariamente las extremidades inferiores. En la mayoría de casos, esto los obliga a despertar.
Este trastorno se caracteriza por presentar en la persona problemas para conciliar el sueño al acostarse, o cuando uno se despierta frecuentemente durante la noche o pierde el sueño muy temprano en la mañana, antes de lo planeado, explicó a la agencia Andina Isabel Tagle, jefa de la citada unidad.
Esta alteración está relacionada, principalmente, a problemas de tensión, ansiedad, estrés temporal por problemas familiares o económicos, depresión, malos hábitos alimenticios -como cenar en abundancia-, e incluso se asocia a las condiciones en las que se descansa.
Asimismo, el insomnio puede ser generado por hábitos irregulares del sueño, así como por cambios frecuentes de horarios a la hora de irse a dormir o de levantarse, precisó la neuróloga, al indicar que sustancias como el té, café, alcohol, tabaco y otras drogas también influyen.
“Esto impide la recuperación que el cuerpo necesita durante el descanso nocturno, pudiendo ocasionar somnolencia diurna, baja concentración e incapacidad para sentirse activo durante el día. En el mundo se estima que entre un 30 ó 40% de personas lo padece”, mencionó.
En los pacientes más crónicos, el insomnio produce dolores de cabeza, alteración de carácter, irritabilidad, cansancio, bajo rendimiento -ya sea estudiantil o laboral-, problemas de memoria, lentitud de reacción, disminución en la capacidad de respuesta a estímulos, entre otros.
Detalló que una persona normalmente debe quedarse dormida a los 10 ó 15 minutos después de haber ido a la cama, pero en ocasiones algunos no logran conciliar el sueño, pese a que llevan dos o tres horas acostados. Por ello se recomienda atacar directamente el problema.
Sin televisor ni computadora en el dormitorio
En ese sentido, la especialista recomendó poner en práctica la denominada higiene del sueño, es decir, adoptar un horario fijo para ir a la cama, incluso los sábados, domingos y feriados. Ello acostumbra al cuerpo a dormir a una misma hora y facilita la conciliación del sueño, anotó.
Asimismo, al ir a la cama es preferible evitar que dentro de la habitación haya un televisor, una computadora o una luz encendida, ya que la oscuridad estimula la producción de melatonina u hormona del sueño. Ésta hormona se inhibe con la luz, lo que dificulta la conciliación de sueño
“El dormitorio debe ser un lugar sólo para dormir y para ello necesitamos oscuridad. También debemos comer poco en la noche, porque la digestión es un proceso que hace difícil que podamos dormir en buenas condiciones, sobre todo en la gente muy sensible”, refirió Tagle.
Igualmente, se recomienda evitar hacer ejercicios físicos durante la noche, ya que esto favorece la producción de catecolamina y adrenalina, que son sustancias que motivan a la persona a permanecer despierta, en movimiento y actividad.
“Para tener una buena calidad de vida es necesario dormir bien. Lo ideal en cuanto a horas de sueño en adultos es de seis a ocho horas; en recién nacidos, de 14 a 16 horas; en niños se estima en 10 horas el promedio ideal de sueño”, declaró Tagle.
Ronquidos, ¿Cómo evitarlos?
Otro trastorno común del sueño corresponde a las denominadas apneas obstructivas, que se dan cuando existe dificultad para que ingrese el aire a los pulmones por una obstrucción en la garganta, principalmente. La más común se manifiesta a través de los ronquidos.
Los ronquidos se producen por diversas causas, entre ellas el bajo tono muscular en la garganta o en la lengua, el excesivo desarrollo de los tejidos de la garganta, poseer amígdalas grandes, así como la obesidad, la excesiva longitud del paladar blando, entre otras.
Los pacientes que roncan tienen, por lo general, una mala calidad de sueño, razón por la cual hasta pueden quedarse dormidos durante cualquier actividad que desarrollen en el día, como por ejemplo, al leer el periódico o en los asientos de espera de un banco, señaló Tagle.
En los casos más severos, añadió la especialista, las personas pueden quedarse dormidas en pleno ejercicio de su profesión. Por ejemplo, un chofer puede dormirse al volante, mientras que un profesor puede hacerlo dictando clases, e incluso un abogado en plena audiencia judicial.
Para los ronquidos, puede sugerirse como paliativo una mascarilla de presión positiva continua en la vía aérea, dispositivo más conocido como el C-PAP (por sus siglas en inglés), el cual ayuda a liberar las vías respiratorias, y por tanto, el paciente puede respirar bien.
Esta actúa con una fuerza de aire que permite abrir las vías respiratorias, lo que ayuda al paciente a dormir sin despertarse por los ruidos molestos generados por los ronquidos.
Finalmente, indicó que también existe la patología del síndrome de las piernas inquietas, que se manifiesta en pacientes que mientras duermen mueven breve e involuntariamente las extremidades inferiores. En la mayoría de casos, esto los obliga a despertar.
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