En Trujillo, La Libertad, Gonzalo Nicolás Cachi Cruzado, que ultrajó a sus dos hijas desde que tenían 10 y 13 años, haciéndolas abortar cuando quedaron embarazadas, fue condenado a cadena perpetua. Foto: InternetTrujillo.- A cadena perpetua fue condenado en el departamento de La Libertad el ciudadano Gonzalo Nicolás Cachi Cruzado, que ultrajó a sus dos hijas desde que tenían 10 y 13 años, haciéndolas abortar cuando quedaron embarazadas.
Pese a ello, la mayor tiene dos hijos producto de la relación incestuosa, por lo que la Segunda Fiscalía Superior Penal de La Libertad solicitó la pena máxima.
El 5 de mayo de 2009 se llevó a cabo la audiencia de apelación en el proceso seguido contra el imputado por el delito de violación sexual en agravio de las menores de iniciales I.N.C.A. y R.I.C.A., cometido cuando las víctimas tenían 10 y 13 años, embarazándolas, sometiéndolas a abortos y gestando dos hijos con la mayor de ellas.
El primer embarazo de la menor a causa de las constantes violaciones ocurrió cuando tenía 12 años, en noviembre de 2002; la segunda vez fue en 2004, cuando tenía 14 años; y el tercer embarazo sucedió en 2007.
Según testimonios de las menores, el desnaturalizado padre las hacía ingerir sedantes para cometer sus ultrajes.
El fiscal Manuel Zavaleta Vargas logró una sentencia condenatoria por 35 años de pena privativa de libertad, apelando el Ministerio Público y solicitando se le imponga la pena de cadena perpetua.
El procesado apeló la sentencia, solicitando su absolución, realizándose la audiencia con la participación de la Segunda Fiscalía Superior Penal a cargo de la fiscal Elia Vilca Julia, en la que se confirmó la sentencia condenatoria imponiéndosele la pena de cadena perpetua.
Pese a ello, la mayor tiene dos hijos producto de la relación incestuosa, por lo que la Segunda Fiscalía Superior Penal de La Libertad solicitó la pena máxima.
El 5 de mayo de 2009 se llevó a cabo la audiencia de apelación en el proceso seguido contra el imputado por el delito de violación sexual en agravio de las menores de iniciales I.N.C.A. y R.I.C.A., cometido cuando las víctimas tenían 10 y 13 años, embarazándolas, sometiéndolas a abortos y gestando dos hijos con la mayor de ellas.
El primer embarazo de la menor a causa de las constantes violaciones ocurrió cuando tenía 12 años, en noviembre de 2002; la segunda vez fue en 2004, cuando tenía 14 años; y el tercer embarazo sucedió en 2007.
Según testimonios de las menores, el desnaturalizado padre las hacía ingerir sedantes para cometer sus ultrajes.
El fiscal Manuel Zavaleta Vargas logró una sentencia condenatoria por 35 años de pena privativa de libertad, apelando el Ministerio Público y solicitando se le imponga la pena de cadena perpetua.
El procesado apeló la sentencia, solicitando su absolución, realizándose la audiencia con la participación de la Segunda Fiscalía Superior Penal a cargo de la fiscal Elia Vilca Julia, en la que se confirmó la sentencia condenatoria imponiéndosele la pena de cadena perpetua.
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