sábado, 24 de enero de 2009

Mario Vargas Llosa brindó conferencia sobre su próxima novela

El escritor Mario Vargas Llosa en la playa Huanchaco. Foto: ANDINA / Rubén Grández.

El crepúsculo, el cielo y el mar de Trujillo se unieron para recibir al escritor peruano Mario Vargas Llosa en un impresionante escenario construido en la playa Sur de Huanchaco, a donde el laureado escritor llegó como invitado de honor de la Cuarta Feria del Libro.
En ese marco, Vargas Llosa dictó la conferencia Los secretos de un novelista.
Precedieron su presentación una serie de performances basadas en la mitología y el folclor huanchaqueros, a cargo de distintos grupos de danza locales.
El escritor reveló que la idea de la conferencia era “contarles lo que está detrás de una novela, las imágenes, cómo se inventó tal historia y los personajes. Cada novelista tiene su método de trabajo y lo haré de la manera más llana posible, desdoblándome, como si fuera un periodista”.
De este modo, Vargas Llosa se interrogó y respondió a sí mismo acerca del proceso de creación de la novela.
“La novela nace de una manera muy misteriosa: algo me ocurre, conozco a una persona, me cuentan una anécdota, leo algo. Esto deja en mi memoria unas imágenes que con el tiempo o a los pocos días o a las semanas de repente se ha convertido en una especie de fantaseo, una idea que me ha sugerido algún episodio. He fantaseado a partir de eso y construido el embrión de una historia”, dijo.
El personaje de la nueva novela de Vargas Llosa, que tiene el título provisional de El sueño del celta, se llama Roger Casement.
El escritor dio con él debido a una serie de referencias del novelista inglés Joseph Conrad, quien conoció a Casement cuando éste era cónsul inglés en el Congo, en ese entonces núcleo del imperio belga, comandado por el rey Leopoldo II.
“La realidad del Congo era una realidad atroz. Me encontré tratando de imaginar por qué fueron importantes las revelaciones y testimonios de Casement para Conrad. Fue un personaje extraordinariamente importante en su tiempo y que había caído en el olvido por razones muy dramáticas. Denunció ante Inglaterra y Europa las atrocidades indescriptibles que se cometían en el Congo en la época de la colonización belga, a fin de que los horrores cesaran o disminuyeran”, añadió.
Casement había estado en la Selva amazónica, en la zona cauchera de Colombia, Perú y Brasil, elaborando informes para el gobierno británico acerca de la explotación de esta materia prima.
“Documentó minuciosamente lo que ocurría. Hizo una denuncia sobre la situación de los indígenas y demostró que algunas comunidades simplemente habían desaparecido por las condiciones impuestas por los caucheros”, añadió.
Sin embargo, y según Vargas Llosa, Casement mostró una faceta distinta a como se le conocía. Había nacido en el Ulster, región de Irlanda cuya cercanía a Gran Bretaña era reconocida, en oposición a los irlandeses nacionalistas.
Procedente de una familia fiel a los valores del imperio británico, su visión de las cosas comenzó a cambiar al ser testigo de los excesos colonialistas. Entonces, comenzó a vincularse con los nacionalistas irlandeses.
“Estalla la Primera Guerra Mundial. Inglaterra y Alemania se enfrentan y empiezan a matarse en los campos de Bélgica. La marina inglesa captura un submarino lleno de fusiles y armas para los radicales del Ejército Republicano Irlandés (IRA), que ha estado tramando un levantamiento contra Inglaterra aprovechando que está en guerra contra Alemania. Quien lleva las armas es Roger Casement, diplomático británico que conspira con los alemanes y el nacionalismo irlandés contra el imperio”.
Scotland Yard halla un diario en el que se relatan “textos de una vulgaridad pestilencial sobre episodios sexuales, donde hay casos de pedofilia. Lo que choca más en estos fragmentos es la extraordinaria vulgaridad con que está confesado y exhibido. Casement es ahorcado”.
Vargas Llosa concluyó que la vida de Casement y todas las implicancias de este caso, como los efectos del colonialismo en los pueblos colonizados, ameritaban realizar una novela.
“Toda buena novela dice la verdad y toda novela mala miente. Yo espero que esta novela esté plagada de mentiras históricas y verdades literarias”, dijo a manera de conclusión. (Fuente: Andina)

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